Me gradué como Médico y Cirujano en el 2004 de la Universidad del Cauca; posteriormente hice mi postgrado y recibí mi título de Anestesiología y Reanimación con honores en el 2008 de la Universidad Pontificia Bolivariana. Continué mi formación realizando una segunda especialidad (Subespecialidad) en Medicina del Dolor con énfasis en intervencionismo analgésico de la que me gradué en el 2016 en la Universidad de Antioquia, año en el que terminé también un Máster de Investigación y Manejo Avanzado del Dolor con la Universidad de Valencia, España. Durante este tiempo y hasta el 2020 participé como docente y Coordinador de Pregrado de Anestesiología en la UPB y docente y Coordinador de Posgrado de Anestesiología de la UPB y adelanté estudios en Bioética, Docencia Universitaria e Investigación.
Buscando complementar los conocimientos adquiridos desde la medicina convencional, siguiendo esa voz interna que me decía que había algo más allá de lo que me enseñaron y enseñaba y viendo cómo los pacientes encontraban en este enfoque convencional solo mitigar un síntoma, pero la mayoría seguían enfermos y el alivio que encontraban era temporal y dependiendo de fármacos y procedimientos como bloqueos, decidí empezar estudios en Medicina Integrativa, Medicina Funcional, Nutrición Ortomolecular, Medicina Ortomolecular, Medicina Regenerativa y hasta hice otro Máster, esta vez en Medicina y Salud de Precisión y me formé como profesor Internacional en Mindfulness y Compasión para la Salud.
Con todo este aprendizaje, que no para y con el que sigo comprometido constantemente, ahora me enfoco en ayudar a los pacientes con Medicina Regenerativa a sanar o hasta curar sus condiciones de salud crónicas y algunas agudas, empleando una herramienta en la que he encontrado muchos beneficios como son los tratamientos biológicos regenerativos.
¿Qué resultados positivos he visto en los pacientes?
Los pacientes refieren una mejoría sustancial en los síntomas como el dolor o inflamación, notan también un incremento de su energía y vitalidad lo que les mejora su funcionalidad y con ello su calidad de vida. Desde luego, no es una herramienta 100% exitosa toda vez que hay un componente individual que llevó el cuerpo a ese estado que lo llevó a optar por este tipo de terapias. Además que se requiere paciencia, pues un efecto regenerativo en un tejido no se alcanza en poco tiempo y sus efectos pueden verse en algunos casos entre el 6to y 12vo mes, aunque muy habitualmente desde antes se van percibiendo los efectos propios de este tipo de abordajes.
¿Por qué la considero una excelente opción?
No se trata de un fármaco, algo que el cuerpo no reconoce como parte de su biología sino todo lo contrario, se trata de una célula o componentes derivados de la misma, que el cuerpo habitualmente emplea para regenerarse de manera natural, potencial que se va perdiendo por temas de envejecimiento, malos hábitos de vida, exposiciones a tóxicos entre muchas otras. Al emplear este tipo de terapias, estamos reorganizando y potenciando la información que el cuerpo emplea para favorecer su regeneración y recuperación y no simplemente manteniendo una enfermedad o síntoma controlado, mitigado o silenciado.
