Medicina regenerativa en osteoartrosis

Medicina regenerativa en osteoartrosis

La osteoartrosis es un proceso degenerativo crónico, en el que las articulaciones van presentando un desgaste natural o acelerado por diferentes condiciones traumáticas o no.

Una persona puede desarrollar artrosis en una rodilla luego de recibir un trauma sobre ella en un accidente de tránsito, en un golpe en un partido de fútbol, por sobreuso al practicar ciertos deportes o simplemente por tener una carga inflamatoria que supera los mecanismos regulatorios del cuerpo y que se manifiestan en la afectación de ciertas superficies articulares favoreciendo su desgaste y con ello, en algunos casos, la presencia de dolor generalmente crónico. Con lo anterior es importante recalcar que no siempre una artrosis o degeneración articular es dolorosa, a pesar de que se puedan observar cambios a simple vista en una articulación como los “bombones” que se hacen en las articulaciones de los dedos de los pacientes que padecen de osteoartritis de estas o cambios imagenológicos como los observados en una radiografía o tomografía por ejemplo.

De base, habitualmente hay un desequilibrio en la inflamación del cuerpo, con ello digo, que normalmente hay inflamación sistémica, pero que requiere a la vez, contar con un sistema de regulación óptimo que le permita balancear este proceso, logrando así un equilibrio y con ello, manteniendo al cuerpo en un estado de homeostasis, donde las funciones de los órganos y los sistemas, se llevan a cabo de la manera más óptima.

La inflamación crónica de bajo o de alto grado, siendo la primera silenciosa en general (no es clínicamente evidente, a diferencia de la de alto grado donde habitualmente se evidencia un área enrojecida, con edema, dolorosa y quizá más caliente, dependiendo de donde se esté originando esta inflamación) favorece la degeneración del tejido que rodea la articulación, convirtiéndose a la vez en un blanco terapéutico a intervenir.

Esta degeneración, es posible trabajarla desde el aspecto regenerativo que ayude a los procesos de reparación y con ello enlentecer la progresión del daño y posiblemente revertir algunos de los efectos generados por esta condición crónica.

La terapia con células madre se puede emplear dentro de algunas de las articulaciones afectadas, con un procedimiento guiado por ecografía, que aumente la posibilidad de éxito de la terapia. Los efectos claramente se ven a mediano y largo plazo, pues la regeneración toma tiempo, sin embargo luego de la aplicación, se puede presentar dolor por la activación de mecanismos inflamatorios que se presentan luego de la entrada en acción de las células madre.

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